Polémicas - El psicoanálisis hoy
El psicoanálisis hoy
Federico García Serrano
No deben despreciarse las críticas, sino que deben constituir un camino de reflexión y afirmación. Me parece que el psicoanálisis tiene mucho camino que recorrer en tolerancia, flexibilidad y apertura hacia nuevas formas de entender e interpretar el inconsciente que no debieran verse con hostilidad, sino, como creo hacen ustedes, como una provocación que alienta el debate y permite avanzar sobre bases más sólidas.
Si desaparecerá o no en el futuro es una simple especulación de futurólogos, allá quienes quieran entrar en ese juego. Dependerá en gran medida de lo que seamos capaces de construir y aportar cada día, pues el principal error es tal vez creer que se trata de una ciencia constituída, cuando en realidad es ante todo un camino de exploración, de imposible precisión, pero el único del que disponemos para interpretar ese lado oscuro de la personalidad en donde se esconden los secretos del alma humana.
Quizá se ha "proyectado" a Freud demasiado lejos, se le ha llevado incluso hasta dónde él mismo no pretendió llegar, pero nadie puede dudar ni dejar de respetar su extraordianria influencia en el pensamiento y las cultura contemporáneas. Por eso no debe aceptarse que se le trate de manipulador, pues se emite un juicio ético que en si mismo es poco ético, puesto que se establece especulativamente sobre hechos pasados, conllevando una acusación moral que a mi juicio es improcedente.
No creo que Freud fuera más manipulador que otros muchos pensadores y científicos, pero no debiera interpretarse, como se hace, fuera de su cultura y de su tiempo. No creo que fuese un estafador, sino un hombre convencido de ciertas cosas en las otros le consideran equivocado.
Mi posición personal es que el psicoanálisis es sólo el comienzo de una nueva forma de entender el funcionamiento de la mente humana, y que su trayectoria puede ser errática o cuestionable, pero quien no quiera aceptar sus fundamentos simplemente no quiere ver que existe una hipótesis de verdad más allá de aquello que puede ser demostrado experimentalmente. Y el espíritu humano necesita de esta hipótesis, sin la cual no existiría la literatura ni el arte, tampoco tal vez la filosofía, las ideologías y las utopías que han contribuído al desarrollo de la civilización. Yo desde luego estoy del lado de quienes no quieren renunciar a ellas.
No obstante, cualquier discrepancia debe ser respetada, sobre todo si es inteligente y permite una reflexión creativa y enriquecedora, sobre la que afirmar nuestra ideología, nuestras creencias y nuestro modo de entender la vida. |