Para el psicoanálisis -no sólo para los analistas que atienden niños- el autismo es un mito, inclusive un síntoma de cómo conciben la constitución del aparato psíquico: el nacimiento del lenguaje, del sujeto, del Otro, del yo, del objeto, de la angustia, de la transferencia. Así, en la noción de autismo –no sólo en su clínica- se condensa una especie de alfabeto básico imprescindible para diferenciar una postura analítica de un tratamiento cognitivo-conductual.
En el afán de simplificación y transparencia que caracteriza los actuales criterios psicopatológicos de los manuales de psiquiatría, el autismo ha sido incluido por las clasificaciones diagnósticas del CIE-10 y el DSM IV entre los trastornos generalizados del desarrollo (TGD). Estos también abarcan otras sintomatologías graves presentadas por un número creciente de niños, que se asemejan pero no pueden "reducirse" al antiguo autismo, al que proponemos llamar "autismo propiamente dicho". Al síndrome de Rett, al de Asperger, al de X Frágil, a los trastornos del desarrollo no especificados, sin duda se añadirán en un futuro próximo algunos otros que irán ampliando cada vez más las clasificaciones diagnósticas abiertas a nuevas "evidencias" (genéticas, neurológicas, químicas) aportadas por las neurociencias y los estudios de laboratorio.
¿El ojo clínico del psiquiatra y la escucha del psicoanalista serán definitivamente desplazados por los diagnósticos computarizados y la política de ensayo-error de los psicofármacos?
Nada menos seguro, siempre que no nos sometamos a las "evidencias" que pretenden probar lo contrario. Tampoco nada menos probado que la eficacia de los psicofármacos en la cura del autismo, contra la "dudosa" acción del psicoanálisis y de la psicoterapia, cuyos efectos contradicen en numerosos casos –no contemplados por las estadísticas- las "evidentes" pruebas de incurabilidad sustentadas como principio por gran parte de la psiquiatría contemporánea.
Mientras los manuales se enredan en la descripción de los signos diagnósticos y se complican con sus numerosas confusiones internas, este curso propone una introducción a lo que dicen (y dijeron ) los psicoanalistas sobre el autismo. También en ellos encontraremos un sinnúmero de controversias, en la búsqueda no resignada de ese resto de subjetividad que podrá -como la tortuga de la paradoja de Zenón- ser aplastado pero nunca alcanzado en la carrera del Aquiles de las neurociencias. |