Textos de acceso libre
La vida por delante
Dr. José Cukier
Introducción
El primero de Enero de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas instaló el Año Internacional de las personas de edad. El lema es "Una sociedad para todas las edades".
La Asamblea resalta la magnitud de la revolución de la longevidad y el desafío que supone el boom de los abuelos, sobre todo el de las abuelas –puesto que éstas viven promedio más que los hombres-.
Es un fenómeno casi universal. En los países desarrollados donde los ancianos representarán uno de cada cinco habitantes, las políticas tradicionales para la tercera edad pierden toda eficacia: el derecho a anticipar la edad de la jubilación y los sistemas públicos de financiamiento de las pensiones son cada vez más cuestionados. El problema es aún más grave en los países en desarrollo, donde dentro de 25 años vivirán las tres cuartas partes de las personas de edad. El Estado no responde, la solidaridad familiar se derrumba y la ayuda mutua sigue siendo insignificante.
No obstante no se vislumbra ningún movimiento para superar esta bomba demográfica. Aún más grave es el riesgo producido por la marginación que los activos producen sobre las personas de edad, porque para aquellos, los adultos mayores pasan a ser además una carga económica. La salida ante "el envejecimiento del envejecimiento" está en la reciprocidad social porque solo gracias a ella, podrán las sociedades conservar o recuperar su unidad ante este nuevo fenómeno en el tercer milenio.
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